miércoles, 21 de octubre de 2009

Entrevista con Pascal Elbé

- Esta es su segunda película con Cécile Telerman. ¿Por qué le gusta trabajar con ella?
- Me gusta el universo de Cécile, su generosidad y su forma de ver la vida en general. Cuando leí el guión, me gustó como sonaba. El personaje que me propuso era algo inédito para mí, requería una interpretación muy matizada. Tenía poco que ver con el hombre simpático y un poco perdido que suelo interpretar.

- Se refiere a Antoine, el mayor de los hijos de esta complicada familia. Háblenos de esta familia.

- Antoine es a la vez el más querido y el menos querido de la familia. Para compensar el secreto que pesa sobre la familia, se le protegió mucho. El resultado de esta protección es un personaje muy frágil que se da cuenta de que hay algo raro. Solo él tiene los ojos negros y no entiende por qué. Es la primera víctima colateral del secreto familiar.
Es un personaje que me dice mucho. Me recuerda a las personas que no han conocido a su verdadero padre o a su verdadera madre, les falta algo, el primer capítulo de su vida. Antoine avanza de lado. No consigue ir recto ni aguantar la mirada de su padre. De ahí la necesidad de enfrentarse a él para demostrarse que existe.

- Cécile Telerman me ha dicho: “En cuanto al papel de Antoine, solo podía ser Pascal Elbé”.
- En primer lugar, se lo agradezco mucho. Pero no sé si era tan evidente. Es verdad que la colaboración con Cécile se basa en nuestra confianza mutua. Nos entendemos sin hablar. Todo es fluido y natural entre los dos, y es lo mejor.

- ¿Cómo es Cécile Telerman durante el rodaje?
- Es maravillosa para un actor. Es generosa y sabe de qué habla. Cécile trabaja de una forma muy precisa y siempre está al tanto de las sugerencias de los intérpretes y de los técnicos. No piensa solo en el proyecto como si fuera suyo, sino en un proyecto conjunto. Es inteligente y sabe llevar al equipo de la mano. Es capaz de suavizar las tensiones cuando surge un conflicto.

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