miércoles, 21 de octubre de 2009

Entrevista con Patrick Chesnais

- En la película interpreta a Henri Celliers, el padre de una familia un poco complicada.
- Henri es un hombre que trabajó mucho y ahora está jubilado. A primera vista, parece un hombre feliz y abierto, lleno de ternura por su esposa y sus hijos. A pesar de todo lo que ocurre a su alrededor, no pierde la paciencia y no juzga a nadie. Su mayor desgracia quizá sea dar mucho y recibir poco.

- Aparenta ser el más púdico de la familia. ¿No será que los que le rodean le utilizan?
- Sí, Henri siempre ha estado enamorado de su mujer. Para él, es lo más importante, tanto que llega a descuidar el resto. Desde luego, le utilizan. Enfrentado a un tremendo secreto de familia, se ha visto obligado a ciertas cosas, pero mantiene la lucidez.

- Tanto Henri como los otros personajes dan la impresión de ser dobles.
- En mi opinión, esa es la fuerza de la película. Además de una buena historia, los personajes son complejos y matizados. Me recuerdan a algunos papeles de teatro llenos de contradicciones, como los de Chéjov, por ejemplo. No suelen abundar en el cine. Cuando existen, como aquí, enganchan al público.

- Henri acaba por rebelarse contra su familia y sobre todo contra su mujer Mady.

- Su rebelión también es un acto de amor. Frente a la situación se mantiene sereno. Sabe que la situación en la que vive no funciona y prefiere irse sin más. De hecho, se limita a decir “Estoy bien”, y con eso lo explica todo. Me parece conmovedor.

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